Cuando me hice amigo
de los pájaros
volé tan alto
que perdí la tierra de vista.
Subí y me elevé
hasta estar sólo rodeado
de aire.
Fui feliz un instante
hasta darme cuenta
que era traición la de los pájaros.
Ellos ya hacía mucho
me habían abandonado.
Acabada la ilusión y el delirio,
sigo cayendo.
Ernesto Inchauspe
(el Patriota)
Enero de 1997 en Amsterdam