San Dionisio (?-258?), santo patrón de Francia (?) y primer obispo de París (¡!). Según el relato de san Gregorio de Tours en su Historiae francorum (Historia de los francos), Dionisio partió de Roma hacia el año 250 para predicar el Evangelio a los galos y, tras instalarse en una isla cerca de la actual ciudad de París, realizó numerosas conversiones (1). Su arresto fue ordenado por el gobernador romano de esta parte de la Galia (2), y Dionisio y dos compañeros, un sacerdote y un diácono, fueron torturados y decapitados. De acuerdo con la leyenda Dionisio se incorporó tras su ejecución y caminó cierta distancia llevando su cabeza en las manos. Esas fuentes dicen que se detuvo y cayó al piso por llevar la cabeza mirando hacia arriba. En medallones y cuadros se le representa por lo general en este momento, cosa decididamente razonable dado lo interesante de la situación. Según otros relatos, los cuerpos de los tres mártires fueron arrojados al Sena, de donde fueron recuperados por una mujer cristiana llamada Catulla, que les dio entierro. Más tarde se construyó una capilla sobre sus tumbas y en el año 626, en el mismo lugar, Dagoberto (luego rey de los francos) fundó la abadía de Saint-Denis. San Dionisio es identificado con frecuencia con Dionisio el Areopagita (3). Su festividad se celebra el 9 de octubre en la Iglesia católica y el 3 de octubre en la Iglesia ortodoxa.
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1- De ahí su apodo familiar de “el charlatán”.
2- Visto desde aquí, sería aquella parte.
3- Una asociación que Dionisio no estaría contento de aceptar, ya que a Dionisio el Areopagita se le atribuyen vicios bastante repudiables.