Santos Patronos
En el arte cristiano se suele representar a los santos, así como a Cristo, envueltos en un halo (1) (también conocido como nimbo, aureola o gloria), un aro o aura radiante que rodea la cabeza o toda la figura, a veces acompañados de emblemas simbólicos que permiten identificarlos fácilmente. Algunos teólogos indican que estos atributos no son solo privativos de la iconografía sino que personas con características de santidad portaban estas marcas en vida, lo que los hacía motivo de burla y escarnio. A un mártir que fuera de especial interés en un determinado lugar, se le nombraba patrón, ya en época tan temprana como el siglo IV, especialmente al amanecer. Los oficios y las profesiones tenían sus patronos, y para la curación de cada enfermedad se invocaba a un determinado santo. Es así como encontramos a San Pandolfo, a quién se lo invoca para curar el mal de los rastrojos, o a San Agarolio, quien es infalible, según la tradición, con la diarrea.
Entre los patronos más conocidos se encuentran
San Andrés apóstol uno de los doce apóstoles, como su nombre lo indica, de Jesucristo y hermano de Simón (que más tarde sería el apóstol Pedro (2)). Era un pescador Galileo de Betsaida que fue discípulo de Juan el Bautista. En el Evangelio de Juan (Jn. 1,35-42), Andrés fue el primero de los discípulos de Jesús en recibir la vocación, aunque otros historiadores no citan esto y sólo dicen que fue el primero en recibir la masita. De igual modo que Santiago y Juan, pertenece al pequeño grupo que está más cerca de Jesús, aunque esto pueda deberse a su afán desmedido de salir en los cuadros. Una tradición antigua supone que evangelizó Escitia y la provincia romana de Grecia llamada Acaya. Un relato apócrifo del siglo III, los Hechos de San Andrés, refiere que murió en Patras (3), atado a un cruz con forma de equis. Ésta forma se llamaría más tarde la cruz de san Andrés, por razones que no están del todo claras. Es santo patrón de Escocia y de Rusia. Su festividad se conmemora el 30 de noviembre a las 3 de la tarde.
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1- Nimbo, aureola o gloria
2- Una simpática anécdota nos da cuenta de cómo y por qué Simón cambió su nombre.
3- Aunque no está claro si se trata de una ciudad o es que murió descalzo.
Lo de masita… mmmmmmhhhhh