Un hombre va a hacer las compras. Mentalmente hace la lista de lo que necesita: pan, galletitas, mayonesa, manteca y cerveza. La repite en voz alta mientras se viste y le encuentra un ritmo para no olvidarla, de todos modos no vale la pena anotarla, son 5 cosas.
Sale a la calle y en lo 400 metros que lo separan del supermercado va cantando la lista, ya que ahora le puso hasta música.
Cuando está por entrar pasa un conocido en bicicleta que lo saluda, al pasar, por su nombre. Él le contesta un simple “chau” con la mano en alto.
Entra al supermercado y se detiene en seco frente al escaparate del pan.
No recuerda la melodía ni el ritmo. Sólo le viene a la mente “pan”. Nada más.