Fantástico epitafio escrito por John Arbuthnot en la tumba del coronel Francis Chartres, muerto en Escocia en 1732
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EL CUERPO de FRANCIS CHARTRES,
Que, con INFLEXIBLE CONSTANCIA,
E INEVITABLE UNIFORMIDAD de Vida,
PERSISTIO
A pesar de las ENFERMEDADES y de la VEJEZ,
En el ejercicio de TODOS LOS VICIOS HUMANOS,
Salvo la PRODIGALIDAD y la HIPOCRESIA.
Lo preservó de la primera, su insaciable AVARICIA,
De la segunda, su incomparable DESCARO.
No fue menos eminente
En la constante Depravación de sus Costumbres
Que certero
En la acumulación de RIQUEZAS,
Porque, sin PROFESION ni OFICIO,
Sin el MANEJO de DINEROS PUBLICOS,
Y sin un CARGO que justificara un SOBORNO,
Adquirió, o, mejor dicho, creó
UNA FORTUNA DE POTENTADO.
Fue la única Persona de su Tiempo,
Que supo DEFRAUDAR sin la Máscara de la
DECENCIA
Y conservar su MEZQUINDAD prístina
Cuando tuvo MILLONES.
Habiendo merecido en todos sus días la HORCA por lo que
hizo
Finalmente fue condenado a ella por lo que no pudo
hacer.
¡Oh, Indignado Lector,
No creas que esta Vida ha sido inútil para los Hombres!
La PROVIDENCIA hizo prosperar al MAS INDIGNO DE TODOS
LOS MORTALES
Y fue Cómplice de sus execrables Designios,
Para dar a la Posteridad
Una PRUEBA y EJEMPLO insignes
Del ínfimo valor que tiene
Una RIQUEZA ENORME
A los ojos de DIOS.