Saltando

Si yo ahora me pusiera a dar saltitos de alegría en los que imitara la alegría que no siento, y de golpe esos saltitos me elevaran cada vez más alto hasta salir por la ventana, seguramente en mi rebote iría ganando distancia de la tierra y así cada vez más y más llegaría cerca del cielo, donde está DIOS, o su representación en este cielo cotidiano, porque supongo que el cielo verdadero no se alcanza con saltitos de alegría fingida sino con saltos heroicos de infinita beatitud y contento, que yo no puedo dar porque lo que siento no alcanza para darle fuerza a mis piernas que por más que se tensen y empujen poco pueden hacer para sacarme más que unos cuantos miles de metros por arriba del común de los mortales, de los que me excluyo, porque ya dije una y mil veces que yo mortal no soy porque hasta ahora no me morí y nada me da la pauta de que algún día me vaya a morir, y eso que sí que sufro dolores de cabeza y males menores, pero eso no quiere de ninguna manera decir que la muerte aceche detrás de esas pequeñas miserias que son como dibujos vagos de mortalidad en mi ser hasta ahora infinitamente inmortal, y ojo que digo inmortal no desde una posición arrogante sino simplemente práctica y racional, porque hasta que no me prueben lo contrario a mí nadie me mete en la cabeza que yo me voy a morir, por más que a veces es lo que más quisiera en el mundo, salvo que ahora no lo quiero porque mis saltos son de alegría, y uno no puede querer probar la verdad de sus teorías inmortalistas en momentos de alegría-provocadora-de-saltitos-de-más-de-mil-metros-de-altura porque esos momentos son contados con los dedos de una mano, si es que uno tuviera manos o dedos para contarlos porque cuando uno salta las manos quedan a trasmano y los dedos por detrás, haciendo imposible toda cuenta y raciocinio y nada importa nada porque el vértigo que provocan mil metros de altura te impiden contar dedos y manos y Dios y sólo importa estar saltando y la alegría, que es en realidad el motivo para creer en el salto, que es la causa de creer en Dios, que es la consecuencia de estar tan alegre, que es la imaginación más retorcida y malsana en esos momentos de infinita tristeza como este.

#13

Si uno se pone a contar, sin apuro ¿quién sabe dónde llega?
El uno es precioso, sólo por el hecho de ser el primero.
El dos tiene la virtud de la variedad.
Con el tres encontramos similitudes.
El cuatro viene de vicio.
Cinco ni me di cuenta como llegó, pero miralo ahí.
El seis me gustó porque de golpe me dio por tomarme otra vez la cuenta en serio.
Siete… y empezamos otra vez a pasarlos sin pensar. ¡Qué inconstancia y frivolidad!
Ocho parece ser bastante definitivo, pero ya ves que nada es definitivo a pesar de las buenas intenciones, que nunca faltan y que jamás se respetan.
Nueve fue especial y no podré olvidarlo/a/e/s.
Diez fue como hacer una posta y ya por eso merece el recuerdo.
Once no dice nada, aparte que en seguida pasé a
Doce, que de alguna manera todavía vive en mí… ¿por cuánto?
Yo soy trece (la mala suerte, dicen) y aunque parezca lo contrario no tanto me importan los que pasaron como los que vendrán.

Espuma

Me puse una crema que decían que era revitalizadora, no quiero decir nada raro, sino revitalizadora en el sentido Dove de la palabra, entonces me puse la crema esa, que era tipo una espuma medio transparente, pero parece que cuando te frotás empieza a hacer unas microburbujitas que la convierten en algo tipo espuma de afeitar, y como me dio una mezcla de asco con pudor porque pensaba que el nono desde el más allá me miraba reprobatoriamente, entonces me la saqué con agua, pero las cosa es que después de que me la saqué y me sequé es como que quedaba la sensación de calor con coco, algo raro, medio hermoso, que me dio placer y asco al mismo tiempo, o culpa, ¿viste? esas cosas como las que hacés en la escuela primaria, como cuando Diego nos contó del “dolorcito lindo” salvo que ahora no había dolorcito sono solo un calor, una sensación de pureza inmensa, algo que pasaba la epidermis y se internaba en algo que yo veía como una documental de National Geographic, o uno de esos canales que con la excusa que muestran cosas de la naturaleza te chantan en plena cara la amputación real time de un miembro, porque de última vos en la película de Buñuel te das cuenta que la hoja de afeitar no está cortando el ojo ese, sino que es como una pelota pulpo medio camuflada, o incluso un poco de gelatina circular a la que le dibujaron algo tipo ojo, pero no, en este caso uno se imagina que a pesar que uno se lavó y el agua incluso caliente se llevó todo resabio de coco bendito, algunas o muchas moléculas quedan que se van impregnando en la piel, se van metiendo y la cámara te lo muestra crudamente y con realismo, aunque no haga falta cámara y realismo porque vos sentís el calorcito de coco y pensás que los átomos de pureza ya se metieron en tus células más recónditas y esas células ya circulan en tu torrente sanguíneo y te purifican como acariciándote desde adentro, lo que no evita del todo la sensación de asco porque en el fondo es como que sabés que hay algo que está mal, porque sobre todo, aparte del calorcito ese de la culpa y ese olor que ya no es de coco sino de todas flores mezcladas, sentís la mirada del nono en la espalda y sabés que no le gusta y que haría lo imposible, si le fuera posible, para evitarte esa experiencia que mañana te avergonzará.

Vida interior

Me pasa a veces que me encuentro hablando sólo en voz alta sobre un tema y se mete mi segunda personalidad a discutir porque opina lo contrario. La cosa se acalora, se agita, nos empezamos a pelear y cuando estoy casi yéndome a las manos entra el tercero, conciliador, diciendo algo como “paren, che, no se peleen, cortenlá” y la cosa se tranquiliza y termino haciéndome las paces.

Necrológicas

José Sanpietro

QEPD Falleció 23 de Agosto de 1976.

Padre y esposo ejemplar, sea tenido en Gloria Eterna por Nuestro Señor.
Acarició los más elevados sueños, debiendo resignarse a caricias cuando lo que hubiera querido era poseerlos.
Ojalá encuentres en la vida postrer lo que no hallaste en esta, donde todos te quisimos y seguimos queriendo a pesar de tus tantos y tan intensos defectos.
Buscaste sin encontrar y encontraste lo que jamás buscarías. Que esta paradoja sirva de ejemplo a las almas impías que sólo van en pos de vanidades.
Su familia entristecida por la pérdida participa a sus amigos de sus exequias, que serán realizadas en el Club Social Pernambuco el próximo Viernes.

Esperanza

Pensar que uno se está sintiendo morir. Le dan dolores terribles en el pecho y todo da vueltas. Está sólo en casa y ni siquiera atina a levantar el teléfono para llamar a emergencias médicas. El televisor está a todo volumen y el aire es de pronto irrespirable porque uno se dejó huevos hirviendo y se acabó el agua. El vecino de arriba pone la música a un volumen exagerado y la casa tiembla al paso del tren, del que lo separan unos 10 metros. Hay un par de moscas zumbando que pareciera que se quisieran meter en los oídos de uno, pero ya no se tienen ni fuerzas para apartarlas. Desde el tren que pasa algún gracioso tira una piedra que hace estallar una ventana en mil pedazos. Algunos fragmentos de vidrio le lastiman la cara pero eso no sería nada si no fuera porque, sin ventana, los trenes que pasan producen un rugido que estremece.
Arrastrándose por el piso y ya agonizando uno descubre perplejo en un último momento de lucidez que bajo el sillón del living está el anillo cuya pérdida ocasionó la ruptura.
Si uno no estuviera en esa situación, ahora sería tan fácil explicar todo.

Kennigars

“Habitante de las cavernas” (el moco)
“Espíritu expulsado al infinito” (el pedo)
“Verdad a gritos” (el eructo)
“Urna de las ilusiones” (el inodoro)
“Barca de gigantes en peligro” (la bandera nipona)
“Coloso compasivo sediento de expresar virtud” (botafogo)
“Baile apoteótico cargado de lascivia” (la navidad)
“Juramento emocionado donde anida la nieve de la mano” (la lágrima)
“Sendero infinito plagado de muérdagos olvidados” (la ruta 8 )

Final abierto

Varios niños remontan barriletes en un campito al lado de la ruta.
Uno de ellos pierde por un momento el carrete y lo persigue hasta la ruta. En ese momento pasa un camión. Se escucha una frenada y nada más. La publicidad puede ser de:

a) Líquido de frenos
b) Barriletes
c) Precaución en la ruta
e) Casa de velatorios
f) Asociación Liga en contra del Barrilete