Estaría bueno que sonara el teléfono y me dijeran:
“Mire, señor Brachetta, le hablamos de la desilería de Whisky de Talisker. Tenemos un problema y vamos a necesitar que nuestros conductos de whisky pasen por la conexión de agua de su casa. Sabemos las molestias que eso ocasionará, por lo que estamos dispuestos a compensarlo con una cifra importante… unos 20.000 euros al mes…”
“¿Cómo?”
“No, no, bueno… digamos 30.000?”
“Pero…”
“Está bien, está bien… 40.000… no podemos afrontar un gasto mayor… lo único, le pedimos que sabiendo que al abrir la canilla de su casa saldrá Whisky Talisker de 30 años de añejamiento, por favor… no abuse de eso… no tendríamos manera de controlarlo…”
“Está bien. No se preocupe.”