Ahora parece que los Uruguayos se quieren apropiar del Mate, convirtiéndolo en su bebida nacional.
¡Lo que faltaba!
Hace un tiempo los Brasileños (me acuerdo de Borges: “si decimos “Brasileros” por qué no decimos “Sureros”?) se apropiaron de la zamba y la convirtieron en la samba… La transformaron de algo triste y melancólico en algo frívolo y superficial. ¡Hasta el ritmo le cambiaron!
Después vinieron los Chileños (¡seamos consecuentes!) y nos llevaron el Beagle sin Caputo. (¿Uds. notaron la valentía de Caputo de no llamarse Camacho? Al menos eso hay que reconocerle).
Yo no quiero decir nada con todo esto que no sea lo que yo quiero decir, o como decía Lewis Carroll, cuando yo uso una palabra, esa palabra tiene el significado que yo quiero darle.
Para redondear, ya ni de ser Argentinos podemos jactarnos, porque la argentinidad de la Puna de Atacama dista mucho de ser la misma de la de los Cordobeses de las Sierras, o de la de los Porteños de San Telmo.
Esperen a que los Jujeños tengan algo de poder y una buena razón para que empiecen a enarbolar ideas segregacionistas.
Esto no tiene mucho que ver, pero yo me entiendo y Pancho Ibáñez también, y basta que haya al menos 2 reunidos en mi nombre, aunque el segundo sea yo mismo.
Patriotismo
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