Daily Archives: May 22, 2005
Cumpleaños Feliz
Espuma
Me puse una crema que decían que era revitalizadora, no quiero decir nada raro, sino revitalizadora en el sentido Dove de la palabra, entonces me puse la crema esa, que era tipo una espuma medio transparente, pero parece que cuando te frotás empieza a hacer unas microburbujitas que la convierten en algo tipo espuma de afeitar, y como me dio una mezcla de asco con pudor porque pensaba que el nono desde el más allá me miraba reprobatoriamente, entonces me la saqué con agua, pero las cosa es que después de que me la saqué y me sequé es como que quedaba la sensación de calor con coco, algo raro, medio hermoso, que me dio placer y asco al mismo tiempo, o culpa, ¿viste? esas cosas como las que hacés en la escuela primaria, como cuando Diego nos contó del “dolorcito lindo” salvo que ahora no había dolorcito sono solo un calor, una sensación de pureza inmensa, algo que pasaba la epidermis y se internaba en algo que yo veía como una documental de National Geographic, o uno de esos canales que con la excusa que muestran cosas de la naturaleza te chantan en plena cara la amputación real time de un miembro, porque de última vos en la película de Buñuel te das cuenta que la hoja de afeitar no está cortando el ojo ese, sino que es como una pelota pulpo medio camuflada, o incluso un poco de gelatina circular a la que le dibujaron algo tipo ojo, pero no, en este caso uno se imagina que a pesar que uno se lavó y el agua incluso caliente se llevó todo resabio de coco bendito, algunas o muchas moléculas quedan que se van impregnando en la piel, se van metiendo y la cámara te lo muestra crudamente y con realismo, aunque no haga falta cámara y realismo porque vos sentís el calorcito de coco y pensás que los átomos de pureza ya se metieron en tus células más recónditas y esas células ya circulan en tu torrente sanguíneo y te purifican como acariciándote desde adentro, lo que no evita del todo la sensación de asco porque en el fondo es como que sabés que hay algo que está mal, porque sobre todo, aparte del calorcito ese de la culpa y ese olor que ya no es de coco sino de todas flores mezcladas, sentís la mirada del nono en la espalda y sabés que no le gusta y que haría lo imposible, si le fuera posible, para evitarte esa experiencia que mañana te avergonzará.