Fragmentos de mis Diarios

Somos tontos, somos tantos.
Somos sonsos, somos santos.
Somos luciérnagas en la oscura noche.
Pegotitos de luz.
Titos, Pelusas, Pelopinchos, Cachirulas.
Como agendas de años pasados,
olvidados, usados, descartados,
incesantemente pasteurizados,
imborrablemente borrados.
Sordos y callados.

1 de Octubre de 1998

Kennigars

“Habitante de las cavernas” (el moco)
“Espíritu expulsado al infinito” (el pedo)
“Verdad a gritos” (el eructo)
“Urna de las ilusiones” (el inodoro)
“Barca de gigantes en peligro” (la bandera nipona)
“Coloso compasivo sediento de expresar virtud” (botafogo)
“Baile apoteótico cargado de lascivia” (la navidad)
“Juramento emocionado donde anida la nieve de la mano” (la lágrima)
“Sendero infinito plagado de muérdagos olvidados” (la ruta 8 )

Final abierto

Varios niños remontan barriletes en un campito al lado de la ruta.
Uno de ellos pierde por un momento el carrete y lo persigue hasta la ruta. En ese momento pasa un camión. Se escucha una frenada y nada más. La publicidad puede ser de:

a) Líquido de frenos
b) Barriletes
c) Precaución en la ruta
e) Casa de velatorios
f) Asociación Liga en contra del Barrilete

Un sueño

Soñé que llegaba a Rosario y mamá estaba cocinando y me decía: “las papas que hiciste: una mierda”. Yo le reprochaba que hacía un año que no me veía.
Nos sentábamos a la mesa todos menos ella. La nona tenía que ir a mi casa a comer y yo le decía a Fabi: “¡Uy, nos olvidamos de la nona!” “No importa, llamala y mañana le hacemos unos tomates rellenos”.
De fondo se oía un piano: era mamá tocando algo a propósito triste para despertar compasión. Eran unos acordes muy sensibleros que tocaba fuertísimo. Yo la imaginaba (y la sabía) completamente bañada en lágrimas, emocionadísima, convencida ella misma de lo que nos quería convencer a nosotros.